
1742:
un maridaje embriagador entre gastronomía, arte y patrimonio histórico.
1742 ha devuelto la vida a uno de los palacios más antiguos e imponentes de Ibiza. Cenar en 1742 será el sueño de una noche de verano. Un viaje onírico a través del tiempo y de las estancias del palacio Bardají. En este edificio señorial, uno de los más antiguos de Dalt Vila, en Ibiza, Grupo Nassau y el chef Edwin Vinke están materializando el deseo de crear un restaurante de alta cocina en el corazón del barrio más emblemático de Ibiza.
Las murallas y calles empedradas de Dalt Vila son Patrimonio de la Humanidad y, en su corazón, se sitúa un restaurante que fusiona la excelencia y el carácter personalísimo del producto local con el atrevimiento y las técnicas de la alta cocina.
Una experiencia gastronómica y cultural que transportará cada noche a sesenta afortunados gourmets hasta el Siglo de las Luces.
La fachada del palacio está adornada por el escudo de armas de los Bardají, la familia que lo construyó y habitó en el XVIII. La puerta de entrada es inmensa, acorde al poder que tuvo en su momento este apellido de la nobleza insular. Al traspasarla, los privilegiados con reserva serán recibidos por el Mayordomo. Esta figura será el cicerone de los recién llegados durante las horas que disfruten de las exquisiteces que les deparará su visita a 1742.
Sesenta sibaritas disfrutarán cada día de una degustación que rinde tributo a la materia prima, marina y terrestre, y las tradiciones culinarias de la isla más evocadora del Mediterráneo. Con el atardecer, los comensales acudirán al meeting point ubicado en el aparcamiento de es Pratet. A bordo de unos transfers cruzarán las imponentes murallas renacentistas que protegieron a los ibicencos durante siglos y ascenderán por las calles empedradas de la ciudad antigua, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1999. La ruta arrancará una experiencia que marida gastronomía, arquitectura, historia y arte.
Nada más llegar al restaurante, nos recibe Franck, el Mayordomo del palacio. él será en todo momento nuestro acompañante en este espectacular viaje gastronómico con los cinco sentidos.
La primera, sin abandonar el recibidor del palacio, será la perla de gin & tonic con la que empezarán a excitar al paladar.
Cuando prueben el amuse con el que se romperá el hielo alzarán la vista en busca de la música que llega desde la baranda imperial del primer piso. En las alturas verán a una violinista interpretando una pieza clásica, obertura del espectáculo cultural que se desplegará durante la cena.

La experiencia comienza en la bodega, donde se catan los vinos más selectos y prestigiosos del mundo. El Mayordomo conducirá a los comensales a la bodega del restaurante. Desde el Siglo de las Luces retrocederán a la Edad Antigua, el período en el que estos aljibes fueron excavados en el subsuelo por los fenicios, la civilización que fundaron Ibosim en la colina que sigue ocupando actualmente la vieja ciudad amurallada. Estas cisternas han recogido el agua de lluvia durante milenios y, ahora, se puede caminar sobre ellas gracias a unos gruesos cristales que permiten admirar unas cavidades que se hunden hasta tres metros bajo tierra. Las condiciones de humedad y temperatura de esta fresquera natural la convertían en el lugar predilecto para conservar la fascinante colección de vinos de 1742. Algunos, como un Château Margaux del 76, provienen de los mejores viñedos de Burdeos. El suelo estará retroiluminado por un techo lleno de espejos. En un rincón se han colocado las cajas donde algunas botellas de las añadas más emblemáticas de Vega Sicilia esperan el mágico momento del descorche. En otro, una imagen a gran formato de los viñedos de la bodega Valduero le dará profundidad al espacio. Cinco barricas apiladas en solera –tres en la base sostienen las dos restantes– ponen la guinda a la estampa. Los amantes de la enología podrán repasar todas las referencias recorriendo una carta fabricada en cuero por el artesano Pedro Planells. Entre esas botellas, varias del considerado como mejor Chablis del mundo, el que se produce en las viñas de Albert Bichot.

La mirada de los comensales se conectará, subiendo por la escalinata del palacio, con los ojos del chef. Edwin Vinke los esperará en la barra de la cocina, que se vislumbra desde el tramo final de una escalera que muere en la segunda planta del edificio, donde está situado el salón. Allí, el cocinero neerlandesa pondrá en boca de cada gourmet un nuevo aperitivo y les retará para que adivinen con qué ingredientes está preparado.
A su espalda, podrán admirar el lugar de trabajo de las decenas de profesionales que participan en la coreografía del servicio. Los tonos oscuros de una moderna y elegante cocina, fabricada con metales nobles y con un peso de dieciocho toneladas, resaltan entre paredes de mármol. Allí se rematan unas recetas que comienzan a gestarse en el cuarto frío, situado en el primer piso, donde se prepara la mayor parte de una producción que utiliza principalmente materia prima de proximidad para contribuir al movimiento que aboga por una gastronomía
más sostenible y ética. Escalones arriba, los ojos se perderán en la bodega encajada en una de las paredes en la que se conservan los caldos blancos y rosados.

. El Mayordomo, entonces, solicitará gentilmente a las parejas o grupos que hayan reservado en 1742 que le acompañen al que probablemente sea el rincón más emblemático del restaurante: la terraza. Sentados en una de sus mesas, degustarán el resto de aperitivos (un chupito de limón y jengibre, o una selección de verduras locales) mientras contemplan el espectáculo lumínico del puerto de Ibiza. Barcos y yates zarpando o amarrando en los muelles, y los tejados planos de Dalt Vila, sa Penya y la Marina formando un rompecabezas de tonos claros. Las mejores vistas de la isla.
Una vez concluye la primera parte del menú, pasamos a los salones de Palacio.
En los salones de palacio se servirán los platos principales del menú después de que el Mayordomo anuncie que el chef tiene la cena lista. Frutas del mar de Zelanda, un cóctel de conchas picantes traídas de la región donde la familia Winke regenta De Kromme Watergang, su restaurante galardonado con dos estrellas Michelin.
La Pomme Moscovite, una patata mediterránea acompañada de placeres rusos: esturión y algas, con la
posibilidad de añadirle caviar. La roja, el cabracho que capturan los pescadores ibicencos, (adornada con alcachofa, estragón y ajo blanco) o los camarones autóctonos (con sepia, calabacín, cacao y aceitunas) serán un homenaje al Mare Nostrum. Y al cabrito, otro producto de quilómetro cero, hará lo propio con los ganaderos que siguen criando las razas autóctonas de la isla, acompañada de berenjena, tomate, albahaca y huatay, la camomila que crece en los cálidos valles andinos de Perú y Bolivia. Un carrusel de emociones y sensaciones mecidas por el bel canto. Dos voces operísticas arrullarán la velada. Los amantes de la belleza que se sienten a cenar verán avanzar a las dos cantantes, iluminadas por un haz de luz, hasta el centro de la estancia.





Mientras tanto, unas proyecciones reflejarán en los anchos muros del palacio imágenes relacionadas con los platos que se estarán comiendo. Videoarte que aportará contexto a cada bocado.
Antes de endulzar las papilas gustativas, Edwin Vinke comparecerá en el salón para agradecer la confianza de los comensales y anunciar algo importante. “And now, you are going to meet my friends” será la frase que introducirá una última proyección donde se reconocerá el trabajo y pondrá cara a todas las personas que han hecho posible el pequeño milagro que supone el menú de 1742, desde los productores de la materia prima hasta el personal de cocina y sala.

Entonces llegará el postre, inspirado en el influjo místico del islote de es Vedrà, una filigrana de naranja, espresso, almendras y hierbas aromáticas. El toque goloso podrá paladearse en el salón o a cielo abierto regresando a la terraza. Allí, combinado quizás con una tabla de quesos con denominación de origen de Holanda, se disfrutará de la calma de la noche ibicenca mirando de tú a tú al imponente campanario de la catedral. Una postal embrujadora para culminar una noche que, para los más traviesos, podría terminar en el club del palacio. Una armadura medieval será la testigo muda de los cuerpos y almas que se contonearán al son de la electrónica más tranquila y elegante. Las copas, llenas de deliciosos cócteles o licores premium, se alzarán al techo de esta coqueta y pequeña sala para celebrar el hedonismo de quienes saborean gota a gota los placeres que regala la vida.
CÓMO PROCEDER CON SU RESERVA:
Para reservar una mesa en 17421biza necesita comprar un ticket, que cubre el precio del menú degustación (bebidas no incluidas). Deberá abonar el 50% en el momento de hacer la reserva. El 50% restante se abonará el día de la experiencia.
Para más información visite la web 1742ibiza.com o póngase en contacto con el restaurante por teléfono o mail:
+34 971 304 452 | reservations@1742ibiza.com
Su reserva se considerará aceptada una vez haya recibido la confirmación. Tenga en cuenta que 48 horas antes de su experiencia,
El restaurante se pondrá en contacto con usted para confirmar los detalles de su visita y recordarle su reserva. Es importante que puedan ponerse en contacto con usted, de lo contrario su reserva será cancelada.
No aceptan cambios en la fecha de su reserva, pero si la cancela con 15 días de antelación, le devolverán el precio íntegro de las entradas.
Si no puede asistir, puede ceder su entrada a otra persona, pero debe informarles con antelación para que puedan cambiar el nombre de su reserva. Si reserva con menos de 15 días de antelación, le informan de que su reserva no será reembolsable, sólo transferible.
Como llegar:
Para su comodidad 1742 pone a su disposición un punto de encuentro donde le recogerán y le llevarán a sus instalaciones.
Si prefiere que le recoja en la puerta de su casa o en su hotel, le ofrecen la opción de reservar un servicio de traslado.
Pueden elegir un servicio de ida un servicio de ida y vuelta o un servicio de ida y vuelta.
Una vez que realice su compra se pondrán en contacto con usted para obtener información sobre su ubicación.
Todas estas instrucciones hacen que su experiencia en 1742 sea un espectáculo gastronómico en Ibiza. Un verdadero lujo para los sentidos.
Sin duda, 1742 ha sido uno de los acontecimientos gastronomicos del año en la isla.

Más información en:
www.1742ibiza.com