Célebre por su creación artística “La mujer que llevo fuera” entrevistamos en exclusiva a Ernesto Artillo, uno de los artistas multidisciplinares más completos, complejos y mediáticos del panorama creativo en España. Una interesantísima entrevista en la que Ernesto nos habla del feminismo, de su percepción de la moda y su visión del arte de principios de esta extraña segunda década de los dos mil. Ernesto no es sólo presente, Ernesto siempre es futuro inmediato. Tras estos días contemplando la vida desde su ventana, ya está preparado para retomar la frenética agenda creativa que le caracteriza. Hablamos en la distancia con este embajador de la poesía visual de la imperfección. Bienvenidos por unos minutos, a la extraordinaria vida de Ernesto Artillo.

La poesía visual de la imperfección.
Entrevista realizada por Diego Torres.
Diego Torres: Hola Ernesto, me interesa mucho que nos comentes el motivo por el que expone personas desnudas en sus obras artísticas. En varias ocasiones en esta entrevista vamos a hacer referencia a este concepto. Empecemos con «La mujer que llevo fuera» en la que “vistes” la desnudez de 40 seres humanos con… 40 trajes en los que están pintados los atributos sexuales femeninos. ¿Cuándo decidió crear esta campaña?
Ernesto Artillo: Presenté este proyecto en enero de 2018 como una obra de intervención artística no capitalista dirigida al mainstream para explicar qué significa ser feminista y multiplicar el número de referentes feministas en nuestro país. Para esto conté con muchas personas conocidas de la cultura, el arte, la política, la literatura, la música y también con muchas otras desconocidas que igualmente pusieron su cuerpo y sus palabras en favor del proyecto. La propuesta era muy sencilla, un traje de chaqueta como símbolo del patriarcado intervenido con diferentes símbolos que representan a la mujer para vestirnos con nuestros principios y reivindicar la igualdad.
Diego Torres: “La mujer que llevo fuera” ha sido una de tus creaciones artísticas que ha conseguido remover más conciencias. Sin duda, era absolutamente necesario reivindicar la situación de la mujer en particular y de la fragilidad humana en general. ¿La mujer y su feminidad han sido siempre referentes en tu trayectoria artística?
Ernesto Artillo: Lo femenino forma parte de mi creación artística no como inspiración si no como mi propia idiosincrasia. Hay partes de mí femeninas y masculinas y eso se traslada en mis creaciones, en mis palabras y en mis actos. Mi trabajo ha sido sin duda una forma de fomentar esa feminidad en mí que considero tan necesaria, una sociedad más femenina sería una sociedad mejor.


Diego Torres: Para realizar “La mujer que llevo fuera” te ayudaste de grandes nombres del panorama artístico nacional. Fue un verdadero éxito en cuestión de visibilidad, estallando a un nivel mediático brutal. Hablamos ahora de dos éxitos, el tuyo como artista creador, al conseguir que una de tus obras llegue a un público numeroso y el tuyo como persona, por crear conciencia con su obra. ¿Esos dos conceptos han de ser el verdadero motivo de un artista por crear?
Ernesto Artillo: Defino el arte como una conceptualización libre y honesta de un sentimiento de amor (con todas sus declinaciones) que además trasciende. Me cuesta considerar el arte desconectado de la persona que lo crea, es la herramienta más poética para concretar el amor, que es la razón de ser de cualquiera. Explicándolo en términos religiosos diría que si Dios es el amor, Cristo es el arte.
Diego Torres: Moda, Arte y compromiso social. ¿Son esas las pasiones de Ernesto Artillo?
Ernesto Artillo: Son algunas de las ejecuciones más subrayables que he hecho hasta ahora pero no encerraría mis pasiones solamente en esos titulares. El relevo de disciplinas, el reto y el aprendizaje que deriva de él es una constante en mi trabajo. Intento explorar todas las posibilidades que mis pulsiones son capaces de ejecutar.

Diego Torres: Me fascina un comentario que dijiste no hace mucho: “La moda se ha acabado. Si quieres hacer moda haz otra cosa”
Ernesto Artillo: Ni a la moda le interesa ya la propia moda. Es una de las industrias más contaminantes del mundo, la creación y el consumo de tendencias ha entrado en una dinámica de lo instantáneo que convierte en obsoleto lo que te compraste antes de ayer. Hay enormes edificios rebosantes de prendas de poliéster y de baja calidad confeccionada en condiciones inhumanas… todo esto resulta tan desalmado que hasta a la moda le empieza a horrorizar sus propios mecanismos. El largoplacismo en las prendas, la calidad y su durabilidad, lo artesanal, el significado que hay detrás de cada diseño… esa es la excelencia contemporánea del sector y para conseguirla hay que hacer muchas otras cosas que no están relacionadas con la moda como la entendíamos hasta ahora. Creo en el vestir como un acto de comunicación real y no como una herramienta alienante.
Diego Torres: Ernesto, eres Director de Arte, fotógrafo, pintor, creador de performance… Explícanos ese inicio en el viaje, sus motivaciones, ese primer instante en el que decides embarcarte en proyectos de la mano de Loewe, Pepe Jeans, Adolfo Domínguez, Mango…
Ernesto Artillo: Estudié Publicidad y Relaciones públicas y desde entonces no he dejado de hacerme campañas publicitarias a mí mismo como artista. La moda me llamaba la atención tanto como cualquier otra imaginería poderosa como la religión o el folclore. Después de hacer prácticas durante tres meses en una agencia, empecé por casualidad a trabajar en una revista de moda como redactor. Pronto fui llevando mi ocupación en esa revista al terreno de la imagen mediante fotografías de moda. Pero me parecía que mis fotografías se parecían demasiado a las que podría hacer cualquier otra persona y fue cuando en un intento de convertirlas en un lenguaje más íntimo empecé a intervenirlas a través del collage, de la pintura, la videocreación, las animaciones y finalmente a través de los conceptos personales que entrañaban cada una de las imágenes que creaba. Esto resultó ser bastante atractivo para las grandes marcas de una industria que empezaba a identificar su necesidad de humanizarse e identificaron en mi libertad creativa un valor del que querían participar.
Diego Torres: La anterior pregunta (y su respuesta) nos lleva a otro de tus grandes pensamientos: “Yo no soy una marca, soy una firma”
Ernesto Artillo: Cuando hago colaboraciones con marcas ya no las identifico como mis clientes sino casi como mecenas de mis propios conceptos. Esto difumina los límites entre mi producción personal y comercial, necesito que haya un entendimiento claro y unidireccional en lo que se comunica y que mi capacidad de decisión sea plena. No me llaman para hacer un encargo concreto si no para que traslade mi intimidad a su marca y eso implica un fuerte compromiso con mi identidad artística.
Diego Torres: De todos tus trabajos me gustaría dar especial importancia a su performance para la marca (o firma) de maquillaje Shiseido. Campaña en la que indaga nuevas posibilidades en la definición del concepto “Maquillar”: se trata de RE dibujar, RE descubrir, RE inventar, RE generar… RE imaginar. Protagonizan la campaña Paco León, Agatha Ruíz de la Prada, Ana Polvorosa… hombres o mujeres, de diferentes etnias y edades, anónimos y conocidos. Sospecho que quizá te interesa iniciar nuevos conceptos o se trata de ¿redefinir los tradicionales?
Ernesto Artillo: Redefinir significa evolucionar. Esto es algo que aprendí del collage, romper una fotografía, una certeza, una relación, una propia ideología política… para reconstruirla desde otra perspectiva es la mejor forma de actualizar nuestra relación con esa cosa, de no atarnos al pasado y de brindarnos la oportunidad de seguir siendo jóvenes y crecer. El maquillaje ha sido entendido durante mucho tiempo como una forma de modificar la apariencia de la cara disimulando su verdadera naturaleza o “perfeccionarla”. Claramente esta era una buena oportunidad para cuestionar esa idea. El maquillaje nos ofrece la posibilidad de expresarnos a través de nuestra cara de maneras mucho más diversas y potentes; eso es lo que quisimos trasladar con la campaña RE a través de personas que hablaban de sus propias necesidades de re-significarse y compartirlo con los demás.

Diego Torres: Junto al arquitecto malagueño Álvaro Carrillo, con el que también hemos conversado en Diálogos en la distancia II) realizaste unas fotografías en el Cortijo Boquera Morilla en el Cabo de Gata. De nuevo el cuerpo humano desnudo como protagonista. Pero ahora en comunión con el espacio limpio, con el mar, la tierra, con la esencia del cortijo y su admiración por las playas nudistas de Almería. ¿Cómo es el hábitat del ser humano en este siglo XXI? ¿Propones una vuelta primitiva a sus orígenes?
Ernesto Artillo: El habitat del siglo XXI se reduce a cuatro pulgadas aproximadamente. Un espacio muy pequeño del que es casi imposible salir, en el que las relaciones humanas se llaman redes sociales y donde los sentimientos se expresan a través de emoticonos. Los teléfonos móviles son «El ángel exterminador» de nuestros días, como si Luis Buñuel en el año 62 adelantase lo que estaba por venir. El offline es el lujo contemporáneo y la reivindicación de los sentidos, su antídoto. Internet no te mira a los ojos, tampoco te acaricia ni sabe a nada. Es ese placer de experimentar con el cuerpo y las sensaciones en espacios reales lo que quise inmortalizar con las fotografías para el Cortijo de Álvaro.

Diego Torres: Hace unos meses se estrenó la película Dolor y gloria de Pedro Almodóvar. En una de las escenas la cantante Rosalía suspira en voz alta: “Ojala fuera hombre para poder bañarme desnuda en el río”. En la alberca de esa finca sumergiste a una docena de cuerpos desnudos, nadando desnudos…
Ernesto Artillo: En un momento de manadas malentendidas, quise recordar su significado primigenio a través de la unión placentera y consentida de seres y sus cuerpos desnudos. En las fotos todos son una bandada, un banco de peces, una manada que experimenta como comunidad el sentido de la vida.

Diego Torres: Me encanta la historia del mural que has creado en el Cortijo, con ese homenaje a la artesanía almeriense.
Ernesto Artillo: Para nosotros era importante conocer la artesanía de Níjar antes de empezar el proyecto, eso significaba acercarnos al pasado, a los materiales, las técnicas y las personas del lugar. Entre otras visitas que hicimos fuimos a la tienda taller de unos familiares del dueño del Cortijo. Allí descubrimos que, para cocer el barro característico de Almería, utilizaban como bandeja unas placas de cerámicas sobre la que iban cayendo pigmentos y otros desprendimientos de las piezas año tras año creando una textura llena de matices. Les propusimos entonces comprarles placas nuevas y cambiárselas por las antiguas. Con estas placas antiguas, creamos un mural de gran formato en el patio que rememora de manera conceptual parte de la historia de la artesanía de cabo de Gata.

Diego Torres: De tus trabajos en Fotografía destacaría “I dreamed a dream” en la que una serie de chicas vestidas miran con extrañeza a una chica desnuda en el centro.
Ernesto Artillo: Esta fotografía la realicé para una campaña de Oysho. Tenía que fotografiar pijamas y pensé enfocarlo desde el surrealismo y los sueños. Inspirado estéticamente por el nacimiento de Venus, quise representar ese sueño recurrente en el que estas desnudo en mitad de la calle mientras los demás te miran. Sin embargo, este surrealismo de nuevo se vuelve cotidianidad a través de las redes sociales, un escenario en el todos estamos desnudos para juzgar y ser juzgados.

Diego Torres: “Esto no es una colchoneta”. ¿Es quizá está fotografía tu crítica más sutil al mundo de la moda?
Ernesto Artillo: Hice esa fotografía en una residencia artística en Ávila a la que fui con la compañía de teatro Mujer en Obras. Durante esos días estuvimos indagando sobre el existencialismo. Me apetecía indagar en la esencia humana a través de objetos funcionales. Cuestionar la función de un objeto, que pueda ser cualquier cosa reta tanto la intención humana al crearlo que supone una liberación personal inmediata de cualquier idea que creamos tener sobre nuestra propia identidad.
Diego Torres: Aunque vives en Madrid, ¿continúas habitualmente sintiendo los cambios y la transformación que se está produciendo en tu Málaga natal?
Ernesto Artillo: Voy mucho a Málaga, me sienta bien ver a mi familia, a mi perro le encanta el mar y disfruto mucho de todo lo que tenga que ver con los clichés malagueños: el balneario, los espetos, casa Mira, la mercantilización cultural y la sobreexplotación turística… Adoro Málaga y mi acento malagueño, me gustan los verdiales y verla crecer, pero es inevitable que me asuste su acelerada dirección. Cada vez me siento más extranjero en el centro de mi propia ciudad y tengo menos capacidad de ver sus suelos, atestados de chanclas con calcetines. Con lo bonitos que son…
Diego Torres: En 2012 inauguraste en Sevilla, concretamente en La Importadora, “Ensayo”, ¿qué recuerdas de aquella exposición? ¿Tienes pensado regresar a Sevilla con alguna de tus creaciones?
Ernesto Artillo: Me gusta mucho Sevilla, para mí es una de las ciudades más bonitas y exageradas de España. Tengo buenos amigos allí y cada vez que voy es un despilfarro de alegría. Recuerdo la exposición en la Importadora con amor y sol. Me encantaría hacer un nuevo proyecto en Sevilla, si puede ser con un proceso creativo que implique pasar allí un tiempo, mejor.

Diego Torres: ¿Madrid es actualmente el “place to be” para un artista? ¿En qué ciudades del mundo investiga a nivel creativo? ¿Artistas a los que admira?
Ernesto Artillo: Hoy creo que el mejor place to be para un artista es el que le acerque más a su esencia. Antes teníamos que parecernos a gente de fuera, imitar sus modelos artísticos e intentar alcanzar nuestras metas a través de sus procesos. Ahora afortunadamente podemos ser más honesto con nuestro origen; además a través de internet podemos tener una galería en cualquier sitio, así que más nos vale que ese lugar sea inspirador. Madrid es como una mujer listísima e insoportable a la que nunca acabas dejando. Es mi escenario, donde tengo mis bares, mi perro, mis amigos, mi soledad y mi dirección postal.
Diego Torres: Hemos hablado de tu pasado pero eres un artista que va siempre por delante del resto de propuestas artísticas presentes, ¿qué hay en el futuro de Ernesto?
Ernesto Artillo: Hasta ahora cuando la gente veía mi trabajo podía contemplar lo que yo miraba, ahora quiero que me miren a mi también. Me estoy formando en interpretación, quiero actuar.
Diego Torres: Muchas gracias Ernesto por esta entrevista tan inspiradora. Espero que regreses a Sevilla en breve… como actor.
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