La Bienal de Flamenco celebra este año su certamen número XX y lo celebra con la expansión hacia nuevos territorios con la incorporación de extraordinarios espacios para sus espectáculos en nuestra Sevilla.

Se suman así a los espacios tradicionales de la Bienal de Flamenco, como son Teatro Lope de Vega, Teatro de la Maestranza, Teatro Central, Teatro Alameda, Espacio Turina, el Real Alcázar, la Iglesia de San Luis de los Franceses y el Hotel Triana, la Plaza de Toros de la Real Maestranza, el Puerto de Sevilla y las Casas Palacio de la Sevilla del XVI.

En este año la edición se expande también hacia nuevos puntos como Factoría Cultural, espacio escénico ubicado en el Polígono Sur y lugar donde se vive el flamenco de manera natural. Precisamente en este espacio se desarrollará el ciclo “De la Mano de…”, una de las novedades de esta edición, que persigue el descubrimiento de nuevos artistas apadrinados por figuras de la talla del cantaor José Valencia, el guitarrista Gerardo Núñez o el bailaor Farruquito.

Las noches de la Bienal son otro de los grandes atractivos de esta edición, con el Café Cantante que se instalará en el Teatro Alameda, ubicado también en un barrio, la Alameda de Hércules, de gran tradición flamenca, y especialmente en lo que se refiere a los Cafés Cantantes. Si Triana es la cuna del Cante, muchos consideran que la Alameda de Hércules fue “la universidad”.

Cada dos años, Sevilla se transforma en el gran escaparate donde miran los aficionados y profesionales del sector de todo el mundo. Los principales espacios escénicos de la ciudad se consagran al festival para ofrecer durante varias semanas los estrenos más esperados, el arte de las principales figuras y las propuestas de los jóvenes valores.

Desde su nacimiento en 1980, la Bienal ha celebrado 18 ediciones durante más de tres décadas. En este tiempo, la muestra ha programado todo tipo de propuestas y de tendencias, dando su sitio a todas las estéticas, colores y perspectivas que habitan en el arte flamenco.

Un gran contenedor cultural donde conviven en armonía el flamenco más tradicional y de raíz con aquel más experimental, arriesgado y de vanguardia.

Todo empezó en 1980, cuando los días finales del verano y los primeros del otoño agruparon lo que la ciudad, sus pueblos y las tierras andaluzas habían ido sembrando y recogiendo durante siglos en los campos del cante, del toque y del baile.

Se dio cumplimiento entonces, a la intuición Estebáñez Calderón en aquella fiesta trianera donde llevó a Guy Stéphen y sus amigos para escuchar los romances del Planeta, al espigueo de las coplas que Demófilo llevaba a cabo en la cátedra de Silverio, al sueño que en 1922, tuvieron Manuel de Falla y Federico G. Lorca, a los esfuerzos hechos para fundar, en décadas anteriores, peñas y festivales.

La Bienal de Flamenco llega de nuevo, ahora ya en su XX edición. Brilla en todos los escenarios, en las calles y las plazas, al son que marcan sus artistas destacando en todas sus disciplinas, al compás de todos sus palos, en el tarro de las esencias de su saber clásico y en el lienzo sin pintar de su imaginación.

Como cada dos años, la Bienal sacará brillo a la sabiduría de todos cuantos contribuyeron a crear el acervo actual y dará alas a los genios de hoy para que echen a volar muy alto.

Desde el pasado 6 de septiembre la llama del flamenco prendió en la ciudad y la ciudad iluminará con su luz el mundo entero.

Desde el pasado 16 de septiembre la Bienal enciende Sevilla.

Todas las fotografías son de Óscar Romero.

Más información en www.labienal.com

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